Una de las mayores dificultades a la hora de vestir es cómo combinar los colores según nuestro color de piel y el color de la propia ropa. Es un verdadero arte. Aquí vuelve a aparecer la máxima de que no hace falta tener las mejores prendas para lucir la más elegante, sólo saber combinarlas, además, claro está, de saber llevarlas.
Es más, hasta como chuleta secreta se pueden tener estas instrucciones que harán que mejore cualquier look.
El color de la piel influye mucho a la hora de optar por una prenda de cierto color, no todos nos van a favorecer más, incluso habrá algunos que nos hagan todo lo contrario. Se suele distinguir, por norma general, tres tipos de tonalidad de piel: piel clara, piel intermedia y piel oscuras.
· Piel clara
A las pieles más blancas o claras les favorecerán más los colores como el negro, el gris, el azul oscuro, el beige, el blanco, el rojo, el dorado y el plateado. Todos ellos colores primarios y con una tonalidad que se complementa bien con la piel.
· Piel intermedia
Las pieles intermedias, por su parte, se ven favorecidas por estar entre medias, por lo que la elección de un color u otro es más amplia y varían desde los ya comentados blanco, negro y rojo, al azul oscuro, añadiendo aquí el azul claro, el gris o el beige.
· Piel oscuras
Y el tercer tono en una categoría demasiado generalista, el de las pieles oscuras busca colores que como el blanco destaquen más la piel, ya que el juego de contrastes resalta y queda muy bien. También se pueden elegir un azul muy vistoso, así como el amarillo, el fucsia, el verde o el negro.
Una vez limitados los colores que nos favorecen más y los que nos favorecen menos (hecho que no impide para que vistamos cualquiera), vamos con el color de la ropa. Aquí las pautas son más conocidas y hasta discutidas según gustos y preferencias. Una de las categorías generales es ésta:
Blanco: Es uno de los colores comodín, combina bien con casi cualquiera pero hay que evitar mezclarlo con los colores más claros porque no resaltará tanto y no favorecerá a quien lo lleva. Mejor con colores más vivos. La simple elección de una camiseta blanca con un jeans resume cuánto se puede aprovechar dicho color, queda bien en casi todas las ocasiones.
Negro: El color opuesto al anterior y a la vez, el que mejor combina con el blanco, porque juntos consiguen uno de los looks estrellas de la moda. Negro y blanco unidos es sinónimo de clase si se saben llevar. La elegancia del negro, la sensualidad que se suele atribuir a este color, además del efecto adelgazante, lo hacen uno de los preferidos a la hora de vestir ya que se combina muy bien con casi todos los colores, sobre todo con rojo, azul, fucsia, morado...
Gris: Para el hombre es uno de los colores preferidos mientras que en los últimos años se ha ganado un espacio muy destacado en cualquier ropero femenino. El gris es la mezcla de los dos anteriores, es combinable con casi todo, favorece a la figura y además es informal a la vez que elegante. Desde azules a burdeos, sin olvidar ciertos verdes o marrones.
Marrón: Otra de las opciones más neutrales y más populares según estilos. La dificultad llega a la hora de combinarlo. Para ello, se suele apostar por colores de su propia gama, es decir, beiges, arena, tierra… un color díficil pero muy agradecido.
Azul: Aunque si hablamos de un color popular, el azul gana a cualquiera. El más visto y de los más agradecidos. La gama de azules es tan amplia y ponible que permite mezclarse con cualquiera, desde el mencionado blanco hasta casi cualquier rojo, creando uno de los looks más favorecedores. Es muy difícil fallar con él.
Verde: Al igual que pasa con el marrón, o nos gusta o bien se queda relegado al fondo del armario. La dificultad para combinarlo es otra pega en su contra. Aún así, el verde es muy agradecido cuando se viste bien, ya sea mezclándolo con los propios verdes en otros tonos, también con ciertos grises, y los comodines: negro y blanco.
Rojo: La representación más cercana a la pasión es el rojo pero hay que llevarlo en su justa medida. O bien un vestido rojo pasión al completo o a la hora de vestir combinarlo con las tres opciones más generales: negro, blanco y gris. Ahora bien, el rojo y unos bonitos jeans, no tiene fallo.
Amarillo: Un color muy agradable a la vista pero que pide también moderación. Colores como el gris o el blanco siguen sacando su mejor lado, así como rosados, verdes, azules (sobre todo) y hasta cafés.
Rosa: La tonalidad de rosas hace que podamos optar por fucsias o rosas pálidos, dos extremos que tienen sus respectivos colores preferidos, entre los que vuelve a destacar el denim, una opción muy casual y favorecedora para el día a día, u otros generales: negro, gris o blanco.
Así que ya sabéis, sobre gustos están los colores pero siempre con cierto orden a la hora de combinarlos.
¡Vaya chuletón! Con esto en la agenda ¡quien mecesita PS (Personal Shopper)?
ResponderEliminarjejeje..es que Mónica con esta entrada ha estado genial...
ResponderEliminarMuchas gracias Marta.
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