viernes, 6 de junio de 2014

Cambio de look ¿Qué tirar y qué aprovechar? 2ª Parte

El miércoles pasado vimos unas pautas sobre lo que deberíamos hacer ante un cambio de look. Hoy vamos a ver paso a paso cada una de esas pautas.




No hagas compras cuando te sientas desdichada.
En el programa de Alcohólicos Anónimos se les advierte a las personas que no deben actuar motivadas por el hambre, la ansiedad, la soledad o el cansancio. Las compradoras compulsivas deberían seguir el mismo consejo, pues demasiadas mujeres salen a gastar dinero para levantar su estado de ánimo en lugar de enfrentar lo que en realidad les preocupa. La última vez que fuiste de compras y regresaste a casa cargada de bolsas pero todavía insatisfecha, ¿buscabas algo distinto de otro par de zapatos azul oscuro? Tal vez no, lo que necesitabas era un masaje o un encuentro sexual agradable con tu pareja. O te sentías culpable por no haberle devuelto la llamada a tu madre. O estabas enfadada por la crítica injusta que te hicieron en el trabajo. Se trata de tomarse el tiempo necesario para descubrir qué motiva tu estado de ánimo antes de caer en la tentación. Nunca podrás desarrollar un estilo de vestir personal si usas las compras como terapia o modo de evasión.


Asegúrate de saber qué estás buscando.
Hacer compras al azar conduce a adquirir cosas al azar. Por ejemplo: una bufanda que te encanta pero no hace juego con nada de lo que tienes, un vestido para el cual no tienes zapatos ni abrigo. Así empiezan las tentaciones sin freno. Hay personas que son unas compradoras tan controladas que pueden descubrir la prenda perfecta en un lúgubre almacén de segunda mano o en una venta de baratijas. Nadie puede armar un conjunto como ellas, y rara vez pierden la cabeza ante la tentación.
¿Cómo imitarlas? Cuando sientas el impulso de comprar, recuerda que el verdadero estilo es una forma de expresión personal que se refleja en tu ropa, entonces, al igual que cualquier forma artística, se logra con disciplina, control y equilibrio. Por lo tanto, cuando falte algo en tu guardarropa- una fabulosa camisa negra que debes remplazar o un abrigo más pesado o más ligero-, es importante que definas esa necesidad antes de satisfacerla.


Desde mi punto de vista, las compras no deben hacerse por deporte sino con una meta específica en la mente. Las metas que consideramos específicas y legítimas incluyen:
- Reemplazar un artículo de mala calidad: Nada sustituye la calidad. Una prenda bien confeccionada, de buen paño, no se ve igual que una ordinaria, y no hay manera de falsificar un buen terminado o un material fino. “Compra menos pero compra lo mejor”. Lo “mejor” se entiende como lo mejor que puedas permitirte.
- Conseguir una prenda básica que falta en tu fondo de armario: Si tu armario está formado por cincuenta o más vestidos y solo 4 pantalones, tendrás un armario completamente lleno, pero no tendrás nada que ponerte. Por ello tenemos que concentrarnos en comprar los artículos que necesitamos para completar nuestro fondo de armario, y no en los que estamos acostumbradas a comprar. Por lo tanto, ir de compras para conseguir lo que hace falta siempre es lícito.
- Reemplazar una prenda de utilidad comprobada: Si tienes en tu armario un artículo útil y puedes permitirte mejorarlo, ésa es la manera adecuada de gastar el dinero en compras.
Mantén una “lista de necesidades”.
Entrar a un centro comercial con una tarjeta de crédito y sin un objetivo específico es una mezcla tan explosiva para una mujer como lo son las llaves del automóvil y media docena de cervezas para un adolescente. Por lo tanto, después de la reorganización de nuestro armario, es necesario hacer una lista de necesidades: cosas que estás segura de necesitar y que usarás.
Realmente es muy útil tener idea del estilo y el color de la prenda que necesitas, pero puede que no logres encontrar exactamente lo que quieres, y ahí empiezan los problemas.
Entonces, ¿qué ocurre si ves un suéter fabuloso de un color que combinaría con todos tus pantalones?, que además está rebajado a la mitad de precio pero que no está en tu lista. Lo ideal sería olvidarnos de él, porque si no está en la lista es porque ya lo tenemos o porque no lo necesitamos, de lo contrario aparecería en la lista de necesidades.

Pero en el caso de una emergencia absoluta, cuando veas algo tan perfecto, tan maravilloso, a tan buen precio, algo que te cambiaría la vida y sientes que morirías sin él…cómpralo. Vete a casa, revuelve en tu armario, pruebátelo y reflexiona. Si ves que puede formar parte de tu nuevo estilo, quedátelo, si ves que no, devuélvelo lo antes posible.
No hagas compras sola.
Esta regla puede ser rota por ciertas mujeres. Pero ninguna debe hacer compras sola si está aburrida, deprimida, la echaron del trabajo o acaba de separarse. Es como la vieja regla para hacer la compra: no la hagas cuando tengas hambre.

Las compradoras compulsivas siempre van solas a los centros comerciales y, como los bebedores adictos, hacen compras solas.
Yo he de reconocer que me manejo muchísimo mejor sola que acompañada a la hora de ir de compras, además de que me gusta ir a mi aire por las tiendas.

No hagas compras con la persona equivocada.
Como dice el refrán: "Más vale sola que mal acompañada"
Ni con una amiga demasiado amable como para no decirte que te ves mal con algo ni con una de esas “amigas” que te recuerdan lo mal que te quedan los pantalones, o quiere “ayudarte” con una dieta que a ella le dio resultados. Todas nos hemos sentido desmoralizadas bajo la luz fluorescente del terrible probador. ¡No necesitamos la ayuda de “amigas” que nos pongan bajo una luz aún menos halagadora!
También existen esas amigas muy queridas que simplemente no tienen sentido de la elegancia. Ni siquiera la reconocen al verla.



Cuídate de las liquidaciones.
No hay que ser muy dotada de cerebro para darse cuenta de cómo funcionan la mayoría de las ofertas especiales o rebajas. “Reducen los precios de algunas cosas, pero los mejores artículos por lo general se venden antes del período de rebajas, al precio normal”.
Al final de la temporada aún es posible hacer alguna compra buena, pero a menudo hay una razón por la cual los precios se han reducido tanto.
De nuevo, si sabes que necesitas un abrigo azul oscuro y tienes una idea precisa de cómo debería ser, no hay razón para esperar a la época de rebajas. Además como ya no eres una compradora impulsiva y tienes mayor capacidad de discernimiento, comprenderás que sólo lo conseguirás al comienzo de la temporada, cuando la oferta es más amplia. Y debido a que estás comprando menos, los ahorros de la ganga pueden no ser importantes.


Evita los estilos con tendencias demasiado marcadas.
El error más común y más grande que cometemos es “usar lo que otra persona dice que está de moda”. Si eres de las que adquiere ropa sólo para subirte al vagón de la moda de la temporada, cometes un error, a no ser que la compra sea bastante útil, como una camiseta en un tono muy moderno. Puedes, sin embargo, adoptar algunas tendencias que te hagan verte bien y convertirlas en un clásico tuyo, sin importar qué esté en las pasarelas o en las revistas, es decir, adaptar las tendencias a tu estilo y no tu estilo a las tendencias.

Puesto que todas nos preguntamos a menudo: “¿Estará de moda en la próxima temporada: pantalones pitillo, zapatos de plataforma, chaquetas con hombreras?” La respuesta siempre será la misma: “Si crees que te sientan bien, y te encantan, úsalos. Si no, olvídate de ellos.”



No te comportes como una urraca.
Una urraca se apodera sin discriminación de cualquier chuchería brillante y se la lleva al nido. De oro o de latón, la traslada a su hogar. Nosotras queremos que tú, a diferencia de la urraca, veas más allá de la superficie y descubras la esencia. Esto podrá requerir un poco de concentración, pero no es diferente a saber si una marca de helado tiene más vetas de chocolate que otra.
Como ejercicio, vete a un centro comercial e intenta distinguir, entre dos bolsos de diseño similar, el barato del caro. O notar la diferencia entre un cinturón fino y su copia. Una mirada descuidada revelará las similitudes, pero si hueles la piel y comparas el peso, los cinturones empezarán a diferenciarse bastante. Si compras con serenidad tienes muchas menos posibilidades de dejarte engañar con mercancías de mala calidad que acabará por desilusionarte. Si consideras que no puedes permitirte la versión más fina y tu única alternativa es comprar la imitación, recuerda una de las reglas de esta filosofía: comprar menos, pero comprar lo mejor. Y tal vez, si no puedes adquirir algo verdaderamente bueno, debes descartar la compra.

Y recuerda que no es el coste de la prenda lo que cuenta, sino la frecuencia con que la llevas. Una ganga que sólo te pongas una vez es una compra costosa en comparación con una prenda cara que llevas cien veces.


Y recuerda, hay ropa de diseño que siendo cara puede estar mal hecha y ropa más barata que puede ser de calidad. La ropa de calidad está hecha con buenos tejidos, es de buen estilo, buena confección y acabado, y se puede encontrar a cualquier precio.

La semana que viene os daré unos consejos para saber seleccionar una prenda de buena o mala calidad, independientemente del precio.

Un beso.
Mónica

4 comentarios:

  1. Felicidades por el artículo!! Yo voy a intentar interiorizar todo esto y empezar a aplicarlo, porque he de reconocer que puedo ser un poco urraca. Seguiré leyendo los próximos...

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    1. Me alegro de que te parezca interesante el artículo. Cambiar el chip hacia una compra responsable lleva su tiempo, pero se puede conseguir.
      Un beso.
      Mónica

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  2. Hola Monica me encantan tus articulos son superutiles, mi unico problema es como definir mi estilo me gusta la comodidad pero con estilo, me puedes dar algun consejillo

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    1. Si te gusta la comodidad, pero con estilo, Elena, eres de las mías. Yo intento dar el énfasis a mis looks a través de los complementos. Mis prendas de vestir suelen ser de colores neutros y de fondo de armario y el punto de actualidad lo consigo a través del uso del color en los complementos. Un bolso, un collar, un fular en un tono de moda consigue actuallizar y dar estilo a cualquier look.
      De todas formas, si quieres más consejillos, mándame un correo y hablamos.
      Un beso.
      Mónica

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Muchas gracias por comentar.
Mónica