La
aromaterapia y las emociones
Ya tenía yo desde hace días
la idea de escribir este artículo sobre cómo usar las esencias para armonizar a
las personas y los ambientes en estas épocas “moviditas” de la Navidad, pero
además varios acontecimientos más o menos cercanos me han puesto sobre la mesa
la gran necesidad que tenemos muchos de recuperar la paz y la felicidad en el
día a día… no son tiempos fáciles para muchas personas, sea por la economía y
el trabajo o sea por la conciencia de cuántas cosas están cambiando a nuestro
alrededor y en nuestra vida. El caso es que necesitamos mantenernos positivos contra viento y marea, es importante que no
tiremos la toalla y no nos dejemos ir por las corrientes de pesimismo o resignación
o negatividad.
Utilizar cosas que nos
hagan estar mejor en el día a día es una manera de aportar nuestro granito de
arena a que los problemas y los agobios se vayan disolviendo, y al final
resulta que sí que podíamos con ellos…
Vamos por partes. Os quiero
dar algunas ideas de qué efecto hacen los aromas.
Lo primero de todo es tener
claro que los aceites esenciales naturales (destilados o extraídos de plantas),
cuando se huelen o aplican sobre la piel tienen unas moléculas tan pequeñas y
volátiles que atraviesan los vasos sanguíneos y van directamente de la sangre
al sistema límbico y la información va
al cerebro… por eso insisto siempre en que sean esencias naturales, las
artificiales tienen más un efecto “placebo” que otra cosa.
Si partimos de esta base de
que el simple hecho de oler ya está enviando información a nuestro cerebro y
todos nuestros sistemas, vamos a ver entonces qué efecto nos hace cada grupo de
aromas.
Quiero empezar con el grupo
ganador del premio de las sonrisas: los
cítricos (naranja, mandarina, limón, bergamota, pomelo). No solo sus
vitaminas y frescor nos aportan necesidades básicas en medio del bajón del
invierno, sino que además su simple aroma da alegría, paz y sonrisas… perfecta para reuniones de grupos o familias.
Podéis jugar con ellas según los gustos o combinar varias en una preciosa
mezcla personal.
Y una recomendación especial: la esencia de mandarina es perfecta para los niños…
sí, y para muchos adultos. Las esencias de cítricos suelen ser baratas y
bastante fáciles de encontrar, y como se pueden usar en muchas situaciones y momentos,
son una buena inversión.
Otro grupo muy armonizador y suavizador son las flores
(rosa, ylag-ylang, azahar, jazmín,
lavanda…), pero aquí hay que tener cuidado porque pueden relajar demasiado y
algunas tienen aromas muy dulzones, que a las personas muy activas, y a los
hombres, les pueden resultar excesivamente pesados. Mi recomendación es usarlas
combinadas y en su justa medida
según el momento.
De la rosa ya hablamos:
armonizadora y abre el corazón. El ylang ylang es sensual y exótico, y
ayuda a calmar a las personas con
tendencia a acelerar demasiado el corazón por hipertensión o simple estrés. El azahar reconforta cuando ha habido
shocks o situaciones muy difíciles de llevar, o incluso abusos del tipo que
sea. Y el jazmín es un narcótico capaz hacerte dormir bien en
las noches de verano o de “dormir a un elefante” si se usa como tratamiento,
así que cuidado cuando se le presenta a alguien que ha de conducir o aguantar
mucho rato de atención. Y la lavanda
es equilibradora y aligera el ánimo
y la mente, por eso le va bien a casi
todo el mundo, incluidos niños y personas mayores.
Y otro gran grupo de las
esencias son los árboles: cedro,
sándalo, pino, eucalipto. Los árboles arraigan y dan estructura, así que su
aroma hace que no nos dispersemos y que
hagamos la tarea que hemos de hacer, por eso pueden ayudar cuando hay que
trabajar, conducir o aguantar mucho rato de lo que sea… El cedro calma la ansiedad y el
estrés. El sándalo conecta cuerpo,
mente y espíritu, va bien cuando se quiere comunicar desde el interior. El pino reconforta las penas, los llantos, la
tristeza sin razón. Y el eucalipto
es magia pura, ayuda a que los pulmones respiren tanto como a que los agobios se vayan y el ánimo se
“refresque”.
Y caso aparte merecen dos
potentes aromas que limpian muchísimo las energías y los malos ánimos: la canela y el incienso. La canela se ha de usar con moderación en el ambiente y
nunca en la piel (solo bajo supervisión de un profesional), pero su efecto
sobre el ánimo es increíble, es la gran
aliada de los cítricos para hacer sonreír y recuperar la alegría de vivir.
Y el incienso es el gran limpiador
energético y el gran conector espiritual, así que da paz, mucha paz interior. De ambos podéis usar las varitas típicas pero
eso sí, que sean de calidad: las de los establecimientos de yoga o budistas son
buenísimas y muy efectivas en general, las de los chinos no, las japonesas son
finísimas; y en algunas tiendas de hogar tienen marcas como Herb and Earth, de
Nippon Kodo, que están muy bien.
Y otro día os hablo de por
qué la famosa mirra de los Reyes Magos
era tan apreciada… J
¿Y qué hacemos con todo
esto?
Hay que usar un aromatizador que no queme la esencia,
que no pase de 40º. Por ejemplo, los que tienen un recipiente con agua y una
vela debajo (¡Atención, que no se quede sin agua!)
La receta básica para una
habitación:
*De 10 a 15 gotas de esencias en total, tanto si se usa una esencia
como cinco. Una o dos veces al día como máximo, o apagarlo en cualquier momento
en que moleste.
*Una o dos varillas de incienso. Reponer al cabo de algunas horas si
se desea.
Las
precauciones:
-Cuidado con lo que se usa
para dormir, lo ideal es un rato
antes de dormir poner unos minutos el aromatizador, y desde luego seleccionar
con cuidado la esencia. Las ideales: lavanda, mandarina para nervios o miedos
de niños, incienso o sándalo para conectar con el interior…
-Mucho cuidado si hay niños y personas mayores o hipersensibles.
Es conveniente reducir la dosis para no molestar a nadie, mejor de menos que de
más. Y no usarlos donde haya niños menores de tres años, son
“esponjitas”.
-Si se va a comer, hay que tener en cuenta que ya
la comida tendrá mucha carga aromática, así que aligerar la dosis o, mejor, haber aromatizado la habitación una hora antes, por ejemplo.
Finalmente, algunas ideas:
-Canela, naranja y un toque
de limón para un ambiente familiar cálido y alegre.
-Rosa, lavanda, canela,
incienso, naranja… para ambientes tensos.
-Cítricos y flores al gusto
en ambientes con muchos hombres.
-Ylang ylang, cedro,
sándalo, eucalipto, lavanda… si ha habido mucho estrés.
-Pino, canela, azahar,
sándalo, mandarina… si ha habido disgustos importantes o desgracias.
-Mandarina, lavanda o limón
para los niños. Puede ser tan sencillo como darles un trozo de piel mandarina o
limón o naranja para que huelan un rato, la esencia se extrae de ahí.
-Rosa, lavanda, eucalipto,
canela, sándalo… para los más mayores. O cualquier aroma que les evoque
sentimientos positivos, las vivencias hacen mucho porque nuestra memoria
olfativa trabaja a largo plazo.
-Eucalipto, limón, canela,
pino… donde haya muchos costipados y griposos.
Espero que toda esta
información os ayude a conseguir el mejor regalo de todos: vuestra paz y
alegría interiores y la de los que os rodean.
Un beso a tod@s
Mónika
Me ha gustado el saber mas cosas de cómo afectan los aromas a las emociones..algunas ya las habia aprendido por ti Mónika..y algunas las he probado y funcionan..
ResponderEliminarEnhorabuena por el post
Un beso
Gema
Hola Mónica!
ResponderEliminarEs muy agradable aprender más sobre los aromas y lo unidos que están a las sensaciones y a las emociones. Utilizaré algunos de tus consejos.
Bss
Nuria
Me alegro, Nuria. El caso es probar y encontrar lo que nos ayuda en cada momento ¡están para eso!
EliminarQue disfrutes con ello.
Un abrazo,
Mónika
Vaya entrada más interesante, Monika.
ResponderEliminarSabía de la buena influencia de los aromas y de la existencia de la aromaterapia, pero nunca había leido una explicación tan secilla y práctica.
Me parece una verdadera maravilla y me apetece de verdad aprovechar los beneficios de los aromas.
Hasta ahora me había limitado a comprar velas aromatizadas, pero las buenas suelen ser muy caras y me parecía que simplemente servían para mejorar el ambiente.
Creo que después de leerte me voy a comprar esencia de cítricos y ponerla en el quemador con agua.
Me alegro que te animaras a contarnos todo esto.
Un abrazo
Gracias, Curra, es una satisfacción ver que has captado perfectamente la diferencia entre "aromatizar" y "hacer aromaTERAPIA". Estoy segura de que los cítricos te darán mucha alegría... y sigue disfrutando con las velas aromatizadas, también cumplen su función :-)
EliminarBesitos,
Mónika