Día
a día al natural
Hace poco intentaba convencer a un amigo de que se
animase a ir a un gimnasio, ya que a partir de cierta edad es imprescindible
cuidar del cuerpo si queremos hacernos mayores sin problemas… pero me decía que
caminar es suficiente. ¿Lo es? Puede serlo para algunas personas, pero depende
de CÓMO se camine, igual que depende de cómo se hagan los ejercicios en un gimnasio
nos pueden ayudar tanto como perjudicar.
Caminar rápido activa la circulación y tonifica los
músculos, pero si lo que quieres es un anti-estrés, tienes que cambiar de ritmo
e ir aminorando. Además, para las personas muy nerviosas y habladoras, por
ejemplo, caminar demasiado aceleradas
las puede hacer perpetuar ese estado de casi ansiedad en el que no se respira
bien. ¿Cómo se debe respirar? Cada ejercicio tiene una manera característica de
respirar y hay que aprenderla.
En natación aprendes a respirar solo por la boca
y en yoga tienes prohibido respirar por la boca, por ejemplo, pero si queremos
que nuestro ejercicio diario o semanal de caminar nos ayude a relajar el estrés,
hemos de aprender a respirar en profundidad, a cambiar el ritmo de la caminata
para ir aminorando, y a ir “pensando” y “sintiendo” cómo nos dejamos en algún
lugar del camino los agobios del día o las cinco tareas que aún nos quedan por
hacer… Aunque solo hagamos un paseo de veinte minutos, nos será mucho más
provechoso hacerlo aminorando el ritmo inicial, por ejemplo, y respirando cada
vez más profundo y pausado. Y por supuesto, fuera los pensamientos agobiantes
durante un ratito.
¿Y qué pasa con la contaminación? No os descubro nada
nuevo diciendo que claro que no es muy saludable hacer caminatas y ejercicio al
aire libre en una ciudad… pero no es sólo una cuestión de contaminación.
¿Recordáis la última vez que fuisteis al campo, a la playa, a la montaña…?
Hay algo más que el oxígeno y el aire limpio, algo más
que el moverse y el tonificar los músculos. Hay algo más profundo cuando
conectamos con la naturaleza, cuando “sentimos” las plantas y el aire y la
tierra y la niebla y el calor y el frío, y dejamos de pensar tanto… si aún no
lo habéis experimentado, nunca es tarde. No nos va a sentar igual caminar
veinte minutos corriendo para ir al trabajo y pensando en los problemas que nos
toca solucionar hoy, que caminar esos mismos veinte minutos, o aunque sean solo
diez, en algún sitio con plantas y naturaleza, vaciando la mente y respirando
vida. Haced la prueba y comparad, a veces diez minutos son suficientes para
oxigenar de verdad el cuerpo, la mente y el ánimo.
Yo soy de las que muchas
veces van con el tiempo justo al trabajo, y caminar un buen rato y a buen ritmo
me va bien para la circulación de las piernas, pero lo que de verdad me hace
respirar en el día a día es a la vuelta dedicar unos minutos, cinco o quince,
los que pueda, a caminar por la playa en lugar de ir directa a las calles, y
respirar delante del mar soltando, soltando… cuando la respiración llega al
estómago, estoy preparada para todo.
Por no hablar de lo importante que es oxigenar bien las
células para mantenerse joven y guapo/a… nuestra piel necesita respirar, y no
solo a través de los poros limpios. Hemos de respirar como lo hacen en el yoga
y las tradiciones del prana y el chi: visualizando que el oxígeno llega a todas
las células del cuerpo y las alimenta, haciendo llegar el movimiento pausado de
la respiración a todas las articulaciones y a cualquier bloqueo del cuerpo, y
llevando mentalmente oxígeno rejuvenecedor al cutis, a las arrugas, a los ojos…
Necesitamos buenas dosis de serenidad interior para
envejecer bien. No sonríe igual una persona que viene tranquila y feliz porque
ha estado en la naturaleza, que una persona que se ha arreglado corriendo para
un compromiso.
Así que si no tenemos mucho tiempo para relajarnos, una
buena inversión puede ser al menos respirar muy bien varias veces al día y,
especialmente, cuando veamos que las mil actividades y los mil pensamientos del
día se nos llevan por delante la serenidad...
Ejercicios
de respiración:
*Primero respira varias veces y observa cómo te está saliendo: ¿Estás
llenando el pulmón entero? ¿Quizá solo respiras con la parte de arriba del
pulmón, hacia los hombros? ¿Quizá tienes tendencia a coger aire por la boca en
lugar de por la nariz?
*Ahora prueba a llenar todo el pulmón.
Coge aire por la nariz ampliando primero la caja torácica y luego cada vez más
moviendo el plexo y más aún hacia el abdomen. Tu ombligo sale hacia afuera para
que tu cintura se llene de aire. Suelta el aire por la nariz o, si lo
necesitas, un poco por la boca. Con esto estás liberando el diafragma y todos
los músculos de la zona emocional, que va desde el pecho hasta el abdomen.
Repite al menos cinco veces y comprueba que la ansiedad va desapareciendo. Si
hay mucha ansiedad, haz algunos suspiros fuertes, eso libera el corazón.
*Ahora un ejercicio de prana: cierra los
ojos, sigue respirando profundo pero a tu ritmo, y visualiza que llevas el
oxígeno a la espalda, al cerebro, a las piernas, hasta los dedos de los pies, a
los brazos y hasta los dedos de las manos… visualiza que todo se oxigena y se
limpia a medida que le llega el oxígeno.
*Y ahora un ejercicio especial del chi-kung
que he adaptado para la belleza interior y exterior: con los ojos cerrados,
visualiza que el oxígeno llega a toda la circulación del cuerpo y a todos los
músculos. Visualiza que desde tus pulmones y tu corazón fluye una corriente de
oxígeno y de una sensación de sonrisa, de paz y salud. Manteniendo esta sensación,
sonríe suavemente y visualiza que llevas un montón de oxígeno a tu sonrisa y a
tu cara, que todo tu cutis se ilumina y se llena de sonrisa suavizante. Sigue
respirando a tu ritmo y mantén esta sensación todo el rato que desees.
Para terminar voy a insistir en la naturaleza porque es
nuestro otro pulmón. Estos mismos ejercicios funcionan casi automáticamente
cuando nos soltamos en la naturaleza. Y además necesitamos la luz solar para
producir vitamina D y para que nuestros huesos absorban el calcio y no
envejezcan, así que aunque sea a ratos pequeños, en los días libres no hay
excusa para no hacer escapadas a la playa o al campo. Tu piel, tu salud, tus
huesos y tu ánimo lo agradecerán… y si tienes niños, razón de más. No hay nada
que desahogue tanto a los niños como el correr y disfrutar de la naturaleza,
vuelven a casa diferentes ¿verdad? Y en estos tiempos de economía difícil, ¿qué
más queremos? El mar, la montaña, el sol, el aire, la niebla, la tierra, los
árboles… están ahí para todos.
Un abrazo : Mónika
Buenisimo post!!! me encanta!!
ResponderEliminarBesos
VOGUECITA
http://voguecita.blogspot.com
Muchas gracias, guapa. Me alegro y espero que además te sea útil.
ResponderEliminarUn beso,
Mónika
¡¡Maravilloso¡¡ la verdad es que algo tan sencillo y tan barato no podemos desperdiciarlo. Yo aunque fui una época al gimnasio, lo que más me gusta es caminar, aunque reconozco que tengo rachas, porque a veces es difícil encajar el momento de hacerlo, en nuestras agendas de madres, trabajadoras, esposas, amigas, hijas... pero es verdad que eso junto con algo de naturaleza, y sol, te carga las pilas y te vacía de cualquier negativismo. Bsss¡¡¡
ResponderEliminarTú lo has dicho, Yoli-Lo, se trata tanto de cargar las pilas como de vaciar el negativismo... o mejor dicho transformarlo en otra cosa. Y sobre las rachas yo me he reconciliado con eso, si hay una época que no puedo una cosa, pues hago otra. La cuestión es no encerrarse en un cascarón sufriendo por estar estresada.
EliminarUn besazo,
Mónica
Buenísimo post Mónika, súper interesante. Ahora nos toca sacar unos minutos diarios para ponerlo en práctica.
ResponderEliminarUn beso.
Mónica
Grcias, guapas, es un placer ya lo sabéis... y ánimo con lo de sacar unos minutos, recompensa mucho.
EliminarUn abrazo,
Mónika
Mónika el post completisimo..hay que hacerte caso.
ResponderEliminarYoli-Lo a mi también andar es lo que mas me gusta pero eslo que dices cuesta coger el rato.Ahora he retomado el aqua-gym y estoy encantada
Besos
Gema
Sobre el ejercicio la cuestión es encontrar el que a ti realmente te apetece y te va bien, y también estar abierta a cambiar, como dices, si te va mejor ahora ir a una clase.
Eliminar¡Muchos ánimos, Gema! Te vas a aponer aún más fantástica :-)
Mónika
yo me he reencontrado con el qi gong... y es supercompleto...gracias por tu articulo besitos
ResponderEliminarDe nada, y que sepas que el qi gong es de mis favoritos, con muy poco hace sentir muy bien.
EliminarUn beso,
Mónika
Vaya artículo más interesante Mónika, es importante cuidar el interior tanto como lo de fuera porque no hacerlo nos pasa factura y es mucho peor.
ResponderEliminarYo tengo que volver a la piscina y a pilates que lo tengo abandonado por falta de tiempo y me vienen genial las dos cosas
Un abrazo
Muchas gracias, Curra. Una vez más has dado en el clavo, no hacerlo nos pasa factura... así que es mucho mejor hacer prevención y tomarlo como hábitos de vida, sean pequeños o grandes.
EliminarGenial la piscina, es la mejor terapia para la espalda.
Un beso,
Mónika